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2023-03-23 15:33:00 By : Mr. David Zhao

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El LHD Juan Carlos I, buque insignia de la Armada, cambiará su sistema de propulsión ante las repetidas averías

Seis meses. Ese es el tiempo estimado que deberá permanecer el LHD Juan Carlos I, el buque insignia de la Armada, fuera de servicio a partir de mediados de 2025. La razón, los repetidos fallos y averías del sistema de propulsión del barco desde su entrada en servicio en 2010 que ha obligado a Defensa a adjudicar a Navantia un contrato con un presupuesto de 30 millones de euros para la sustitución de este sistema.

El principal objetivo es solventar el problema de vibraciones inducidas que se producen con el sistema actual. El proyecto también busca dotar al buque de un sistema tecnológicamente más avanzado, capaz de afrontar con garantías la segunda mitad de vida operativa del buque.

Otro de los factores que han llevado a la sustitución, destaca la Armada, es “disponer de un sistema de propulsión ampliamente difundido en el ámbito naval mundial, que hace prever un mejor apoyo al sostenimiento por la implantación de la empresa ABB en España y, en particular, en la Bahía de Cádiz”. De acuerdo con los estudios realizados, tras la sustitución de la propulsión, el buque mejorará las capacidades operativas actuales, con un ligero incremento de velocidad máxima teórica. Además, está previsto un significativo ahorro en el coste del ciclo de vida en una proyección a 20 años.

Antes de 2025, entre este año y el que viene, el astillero público efectuará todas las tareas de ingeniería para la definición de los sistemas necesarios, así como el planeamiento del desmontaje del sistema actual de Siemens y el montaje del nuevo sistema de propulsión, el Azipod MO1800 de la empresa suiza ABB. La fabricación del sistema, que ya está en marcha, tiene una duración máxima de 30 meses y finalizará en el primer trimestre de 2025, según explican desde la Armada a Infodefensa.com.

Los elementos mecánicos y electrónicos del sistema serán suministrados por ABB y fabricados en diversas fábricas europeas, principalmente en Noruega y Finlandia, mientras que la parte estructural y tubería será diseñada por Navantia y fabricada en España. Los trabajos de instalación a bordo, pruebas y adiestramiento del personal se realizarán durante el segundo semestre del año 2025 en las instalaciones de Reparaciones de Navantia en la Bahía de Cádiz.

Por lo tanto, la Armada espera que su buque insignia esté fuera de juego solo medio año. Hasta entonces, el Juan Carlos I continuará operativo con el actual sistema de propulsión. A pesar de estos problemas, la embarcación ha mantenido una intensa actividad. El año pasado sin ir más lejos hizo dos despliegues exigentes en el Mediterráneo prácticamente consecutivos entre finales de mayo y principios de junio y después en septiembre donde se integró con marinas de países aliados y operó con una escuadrilla de aviones de combate Harrier en su cubierta de vuelo. En estas maniobras navegó junto con el portaaviones Harry S. Trumany el George H. W. Bush.

La obra incluirá la sustitución de los principales elementos de la propulsión, dos POD de propulsión Siemens de 11 MW por otros dos equivalentes de ABB, modelo Azipod MO1800 y también de los cuatro armarios de los variadores de frecuencia (dos por POD) Siemens por otros tantos también equivalentes de ABB.

También se reemplazarán los cuatro transformadores de propulsión existentes y se actualizarán los paneles del puente de mando del sistema de control de la propulsión. Las modificaciones también afectarán a sistemas auxiliares; será necesario además cambiar el sistema neumático de giro azimutal de los POD por un sistema de motores eléctricos e instalar nuevos sistemas de refrigeración. El contrato incluye también la elaboración de elementos para el apoyo logístico integrado (plan de mantenimiento, configuración logística, manuales técnicos, listados de repuestos y pertrechos) y adiestramiento a la dotación en el nuevo sistema. El sistema actual, una vez desinstalado, será preservado en las condiciones necesarias para un posible uso futuro o venta.

Navantia será responsable del suministro, sustitución, instalación, integración y puesta en marcha de los equipos, así como la formación de los usuarios y elaboración de documentación y adquisición de todo lo necesario para cumplir con los requisitos de apoyo al ciclo de vida.

La Armada ya encargó hace dos años un estudio para sustituir la propulsión. Entonces, explicaba que “desde hace algún tiempo los propulsores POD del L-61 Juan Carlos I incluyendo sus elementos auxiliares (cuadros, convertidores, etc.) son fuente de problemas técnicos que repercuten de forma notable en la operatividad del buque”.

“A la existencia de vibraciones y ruidos producidos por el POD a determinados regímenes y transmitidos a diversos locales que afectan a equipos sensibles, se unen fallos que han dejado en varias ocasiones al buque sin propulsión, al menos en una de sus líneas”, señalaba la Armada. Esta situación, resaltaba, además, ha provocado incluso que el buque haya tenido que regresar en alguna ocasión a su base “en condiciones precarias”, suspendiendo su participación en maniobras y ejercicios.

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